viernes, 6 de mayo de 2011

¿Señor, usted pasa por Caño Amarillo?


De la Mañana a la Noche en vez de decir de la noche a la mañana, pareciera ser la frase que mejor viene al caso para describir el ocaso que se ha cernido lentamente cual polvillo de hollín tóxico sobre lo que entonces era un jardín floreciente, multicolor, grato y desafiante al mismo tiempo, un vergel audaz siempre en pleno devenir, una floresta constantemente inclinada a la celebración de las buenas nuevas.

Es como una mugre parsimoniosa que ha venido tamizándose difusamente sobre la visera de una lámpara. Como si en pleno mediodía se ocultara el sol por causa de un eclipse, con la diferencia que los eclipses son breves y no se alargan en un tiempo indefinido.

Con frecuencia las noches iluminadas por la luna ofrece a quien se desplaza dentro de un gran jardín una enorme cantidad de visiones sorprendentes; sombras, celajes, figuras que semejan objetos, animales, personas. Sonidos que causan asombro y que parecen delatar movimientos furtivos, susurros de procedencia indeterminada, rumores ininteligibles, crujidos de pasos sobre la tierra húmeda, y hasta portazos de no se sabe dónde pudieron haber venido. En noches así uno puede sentir que camina dentro de un dilatado laberinto, y hasta es posible que se pierda y no encuentre su camino. Esto puede ser muy agotador.

La noche de Walpurgis, la noche de las brujas. Dicen que se celebraba entre el 30 de Abril y el 1 de Mayo. Qué casualidad, justamente cuando escribo esto. Pero me estoy desviando del tema, si acaso esto es un tema. En fin parece que lo que intento decir es algo referente a la Noche. Pero es una Noche que súbitamente brotó en la mitad de una mañana, y aunque suene repetitivo, sé que muchos de los que puedan estar leyendo esto, saben de qué se trata. Y no es más que la noche de las artes, -ojo-, no la Gran Noche de Las Artes, La Gran Exposición, La Noche de la Inauguración, La Noche del Gran Coctél, Champaña, vinos, tequeños, bolitas de carne, y luego cervezas en algún barcito oportuno. No, no, no. Es la aciaga noche que promete pesadillas a granel. Pero la que también puede ser propicia para el espíritu que quiere despertar, el espíritu que no quiere ser sometido a una especie de hipnosis colectiva, ni que su pensamiento sea dirigido para perpetuar instituciones oscurantistas, ni ser controladas para que se mantengan las funciones reguladoras de estas.

El próximo 10 de Mayo de 2011 será un aniversario más del natalicio de Armando Reverón, a quien por cierto le gustaba más pintar la luz del día, la luminosidad de los días. ¿Qué vamos a hacer esa noche con esa Noche?

José Luis Blancot.

Mayo 2011.

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